Pistas para entender el Kirchnerismo.
Quien suscribe estas líneas no es sociólogo, ni politólogo, ni historiador, apenas un ciudadano que opina con la única autoridad que le da su derecho a hacerlo libremente en democracia.
Estas pistas para entender al Kirchnerismo carecen de todo rigor científico, no tienen más documentación que las avalen, que la memoria subjetiva de un militante.
Para entender al Kirchnerismo es necesario recordar aquel escenario en el que irrumpe como alternativa de poder nacional.
Corría el año 2003, el país yacía en el post trauma de los acontecimientos del 2001/2002 la oleada insurreccional del 19/20 de diciembre se fue diluyendo en un estado asambleario, que pese a ser inconducente, en términos políticos, fortaleció una actitud de alerta máxima en la sociedad y generó una capacidad de respuesta infrecuente, para una sociedad desesperanzada y contradictoriamente movilizada al mismo tiempo.
El que se vayan todos fue mas que una muletilla, se materializó en una incordia generalizada contra las clases dirigentes, no solo contra la política, a tal punto, que dio por tierra con varios intentos de restauración del modelo neoliberal colapsado.
Hubo una, nunca desmentida, intervención del estado nacional por parte del FMI, que propuso poner la democracia bajo el control de los organismos financieros internacionales. Una estrategia pergeñada en EE.UU, con la condescendencia de variopintos representantes políticos locales.
El intento de prolongar su mandato interino en la presidencia de Eduardo Duhalde, teniendo como prueba piloto la matanza del Puente Pueyrredón, desarticulado por una conmovedora movilización de repudio el 3 de Julio de 2002, un día feroz, con un frio terrible y una llovizna imperturbable .
Los fallidos de Reuteman y De la Sota, hasta finalmente verse obligado a jugar la ultima carta, el Néstor Kirchner del 22 %
Mayo del 2003, el país esta desbastado, se declaró el default, el aislamiento internacional hace imposible cualquier intento de buscar ayuda en el exterior. Duhalde decretó el fin de la convertibilidad y con el, una devaluación brutal que redujo los salarios a una cuarta parte de su valor real y luego los congeló. El índice de pobreza supera el 50% la desocupación y la subocupación llegan al 60% de la población activa, el corralito, el riesgo país crece cada hora y los noticieros lo informan como si fuera la temperatura o la humedad. El panorama empresario es desolador, muchísimas empresas han cerrado y las que no, trabajan con una 20 % de su capacidad, no hay pesos ni dólares y el consumo se realiza a través de cuasi monedas. El literal aislamiento externo, impide cualquier posibilidad de recuperar la actividad económica por la vía de la exportación, o conseguir financiación para recuperar el aparato productivo.
Partiendo desde esta realidad, o tal vez impulsado por ella, Néstor Kirchner decide cambiar la estrategia de crecimiento hasta allí conocida. El sector externo no muestra ninguna posibilidad, por lo que la única alternativa que resta es, recuperar el mercado interno y hacer del consumo de los argentinos, el motor que levante las paupérrimas condiciones de la economía.
Pero esta estrategia debe tener un relato que exceda lo económico, e impulse un cambio político concordante, una estética diferente, un discurso que permitan otear un cambio de horizonte en la mirada escéptica de la población. Tres aumentos consecutivos en los sueldos mínimos, sirven para paliar en parte la caída del salario real tras la devaluación, e inician un ciclo virtuoso que pone en alza el nivel de consumo, los detractores comienzan a hablar del viento de cola haciendo referencia a los precios internacionales de los comodities, que si bien existió no pueden explicar por si solo el “milagro argentino” Hay otros factores que no se mencionan por distintas razones, uno de ellos esta implícito en las mismas causas de a crisis, el default produce una reacción de los organismos financieros internacionales, soltarle la mano al país, negarle toda ayuda, pero al mismo tiempo lo libera de sus típicos salvavidas de plomo y una cuestión más, se frena una sangría de divisas vía pagos de la deuda externa. Los pocos valores que recauda el estado, son volcados al consumo interno, vía aumento de sueldos y asignaciones familiares y también mediante la creación de diversos planes sociales, que inyectan circulante en el mercado, mas allá de que muchas veces su implementación fuera al menos conflictiva y cuestionable.
Hay otra fuente de oxigeno para explicar la salida de la economía del país de ese momento de asfixia. La ayuda de Hugo Chávez.
Los petrodólares de Venezuela fueron fundamentales para recuperar capacidad de compra de elementos esenciales y no frenar aun más la economía.
Esa relación fue fundamental para generar uno de los puntos mas sobresalientes del modelo Kirchnerista, la política exterior, con prioridad absoluta al bloque regional, vía Mercosur y Unasur que tuvo sus jornadas épicas, durante la cumbre de los pueblos en Mar del plata, donde el continente le dijo que no al ALCA y propuso un cambio vertical en las relaciones con EEUU saliendo definitivamente de las oprobiosas relaciones carnales.
Este proceso de cambio en lo económico, tiene su contexto político que lo cohesiona, lo fortalece y lo estabiliza en el tiempo. Hay, mas allá de las mejoras económicas, una construcción política que amplía la base social del gobierno, extendiéndolo de los limites del peronismo.
La política de Derechos Humanos, esencialmente en lo que hace a los juicios por la memoria, la verdad, la justicia, probaron la responsabilidad de la junta militar, pero también han comenzado a destapar las complicidades de los factores civiles, en el proceso genocida, cuestión que sienta bases para una nueva forma de mirar ciertas relaciones sociales del poder.
Otra herramienta de expansión política fue la coexistencia fructífera con sectores sindicales a priori conflictivos como el moyanismo y la CTA. Y finalmente el frustrado intento de la transversalidad que si bien fracasó en términos generales le sirvió para agregar unos cuantos aliados y mas que nada para generar desconcierto en los sectores de la oposición política, que se han visto atravesados por el kirchnerismo, sin poder encontrar la solución al interrogante que esta novedad política le ponía por delante y que terminó debilitándola en lo político y en lo electoral.
Hasta aquí se intento resumir la conducta del poder Kirchnerista en el desarrollo de este proceso que ya lleva casi nueve años. Falta ahora describir o intentar explicar la conducta dela contraparte afectada en este proceso.
¿Por qué la burguesía nacional apoyo en términos generales al modelo K?
Tal vez la explicación este en lo narrado hasta el momento. Fabricas cerradas o con el 80% de su capacidad ociosa, imposibilidad de obtener financiamiento externo ni abrir o recuperar mercados para la exportación. Un mercado interno restringido, rígido sin capacidad de compra.
En estas condiciones la propuesta del gobierno de recuperar el poder adquisitivo del salario fue entendido por los empresarios locales, como la última carta a jugar antes de desaparecer. Era imprescindible aumentar la masa salarial por dos vías, incremento de salarios, creación de puestos de trabajo, entendieron que cada punto de aumento del salario real estaría determinando un aumento en la productividad de la hora hombre exponencial, porque esa masa de dinero seria volcada de inmediato al consumo.
Esta situación ya se planteo antes cuando el primer peronismo. Las profundas condiciones de desigualdad en la sociedad, la postergación hasta limites inaceptables de las masas de trabajadores, generan una situación que desde la lógica de la lucha de clases, resulta al menos extraña. Las mejoras de las condiciones salariales de los trabajadores, no son contrapuestas al incremento de la tasa de ganancia de los patrones. Este es el punto que el kirchnerismo ha reflotado nuevamente, a más de 60 años del primer peronismo. Pero, también como en aquella época, ese tiempo parece haberse acabado, la recuperación ha sido vigorosa, ya no puede seguir avanzando, sin afectar los intereses de los empresarios patronales. Por esa razón la presidenta dice que de ahora en más, los aumentos de salario real, tendrán que estar justificados por un aumento en la productividad. Le falto decir, que en el capitalismo, siempre el salario real crece sobre la plataforma de aumento de la productividad. La consigna del continuo aumento de la tasa de ganancia, impide que los patrones acepten otra manera, no se aumentan salarios, si eso no significa aumentar la tasa de ganancia, es decir la productividad de la mano de obra.
Estamos ante un fin de época. Hay quienes dicen que el modelo económico del Kirchnerismo esta agotado, no parece que sea así, lo que si parece agotado es el modelo político. Llegamos al fin del tiempo de empatía de los intereses en disputa, no hay en la formalidad de las políticas burguesas, espacio para que los trabajadores y patrones puedan seguir incrementando sus ingresos reales sin afectar a los del otro. El modelo Kirchnerista parece haber llegado frente al precipicio de la histórica confrontación Marxista. El gobierno esta en una encrucijada, un cruce de caminos donde deberá elegir cual ha de seguir. Se respalda en su histórica pertenencia a la clase dominante de la burguesía, o sale hacia un improbable estado obrero, con los medio de producción en manos de los trabajadores. Lo cierto es que no hay mas lugar para el modelo poli clasista que encarno hasta aquí, desde el centro hasta los límites, ya no puede jugar a la conciliación.
Sin embargo corren vientos de cambio y existen cuestiones que permiten pensar una tercera alternativa, una vía donde encarrilar un progresivo cambio de estructuras en los procesos productivos y de administración del estado.
Para presentar esas nuevas ideas es necesario establecer algunos contextos.
Carlos Marx definió a la fuerza del trabajo humano como la única instancia que agrega valor al proceso productivo. La diferencia entre la suma del costo de las mercancías insumos, en un proceso de producción y el valor final del producto, esta dada únicamente por la fuerza de trabajo. Por eso es que el Marxismo describe la existencia de la explotación capitalista, porque son los patrones los que se quedan con esa diferencia de valor, generada mediante el esfuerzo de los trabajadores.
A 200 años de la enunciación de aquellos conceptos revolucionarios, cada vez más aparecen nuevas formas de interpretar la realidad. La recuperación de históricas cosmovisiones perteneciente en la mayoría de los casos a las aniquiladas civilizaciones de los pueblos originarios de la llamada América, cosmovisión verticialmente opuesta al antropocentrismo de los pueblos “civilizados” que dominaron el planeta por siglos. Estas nuevas cuestiones comienzan a plantear la necesidad de revisar aquellos conceptos fundamentales del marxismo, revisión que el mismo Marx estaría haciendo hoy mismo si viviera.
La depredación de los recursos naturales pone a la civilización de la antinomia capitalismo marxismo, al borde de un conflicto que ninguno de los dos contempla, la imposibilidad de generar esos recursos, el valor intrínseco del agua, la tierra, el aire, los bosques, las montañas, transforman a estos recursos naturales como genuinos aportadores de valor al proceso productivo, valor que debe sumarse al que históricamente se considera aportado por la fuerza del trabajo.
En este contexto aparece una doble explotación capitalista, la que se ejerce sobre el hombre que trabaja y la que se ejerce sobre los recursos naturales, sobre el medio ambiente.
La cosmovisión de los pueblos originarios no considera al ser humano como el centro mismo de la creación, lo considera parte de un ser único y total en completa armonía con el medio circundante. Esta oposición por el vértice con las culturas dominantes, establece relaciones absolutamente diferentes en los procesos productivos. Aquí es donde aparece la idea de la doble explotación, de una nueva forma de saqueo, un colonialismo atávico que se expresa de nuevas formas y establece nuevas vías para el saqueo.
Hay un documento revelador que por primera vez, a tal nivel, expone lo antedicho con toda claridad a la opinión de la comunidad universal.
La constitución del estado plurinacional de Bolivia dice explícitamente que: “La tierra no debe ser considerada como mercancía y por ende esta libre de ser sometida al lucro empresarial.”
Volviendo a la cuestión del Kirchnerismo, los párrafos anteriores son aportados con la idea de enriquecer el debate actual en torno a la minería, la extensión de la frontera agrícola, la pesca, etc.
Elecciones y elecciones
Poco antes de las elecciones de octubre, se realizaron otras elecciones, las que determinaron la nueva conducción de la UIA (Unión Industrial Argentina) Se presentaban dos candidatos, uno de ellos era el CEO de la empresa ARCOR, un sector dentro de los industriales enfrentados al gobierno y mas cercanos al grupo Clarín, el otro sector, más afín al gobierno, llevaba como candidato al Horacio Demendiguren. La campaña electoral, de esta particular elección, se monto sobre dos cuestiones pivoteadas desde el gobierno. En primer término el tratamiento en el congreso de una Ley presentada por el Doctor Héctor Recalde, abogado de la CGT, implementando por ley, lo que esta vigente en la constitución nacional desde hace mas de 50 años y nunca fue reglamentado, lo que conocemos como reparto de ganancias. El otro tema que el gobierno, los empresarios y los medios de difusión impusieron, en este periodo electoral, fue la salida de divisas del país, con la concerniente perdida de reservas del banco central.
Finalizadas las elecciones, con el triunfo del sector progubernamental, ya en el mes de Diciembre, se produce una reunión de la nueva dirigencia empresarial con la presidenta. En esa reunión suceden dos cosas que marcaran los tiempos políticos que vendrán. Dos hechos concretos, muere el apoyo del gobierno nacional a la ley de reparto de ganancias y se genera un compromiso de los empresarios para colaborar con la disminución de la salida de divisas al exterior, vía un acuerdo para impulsar la reinversión de las ganancias extraordinarias y otras herramientas mas difusas. Estas dos cuestiones tienen un marco más importante en lo político, que en lo económico. Significan nada mas y nada menos, un cambio de estrategia en la política de alianzas de Cristina Kirchner, quien rompe esa relación casi incondicional que tenia con la CGT encabezada por Hugo Moyano y pasa a respaldarse, en un acuerdo cada vez mas fuerte, con la dirigencia empresarial, hasta allí bastante volátil en la relación con el gobierno. Este cambio, es mucho más que simbólico y parece marcar las características de la conflictividad social por venir. Si algo faltaba para dimensionarla, el exabrupto de la presidenta contra los docentes en el congreso, exime de más explicaciones.
Conclusiones apenas preliminares
El kirchnerismo ha podido replicar la trayectoria de aquel gobierno del primer peronismo, poniendo en práctica un modelo de inclusión social, en el contexto de una extraordinaria alianza de clases facilitada por el contexto de desintegración terminal de la sociedad argentina. Explotadores y explotados tratando de salir juntos en un proceso singular caracterizado por el crecimiento simultaneo del valor adquisitivo del salario y la tasa de ganancia empresarial, bajo el paraguas del extraordinario crecimiento de la productividad de la mano de obra en el periodo.
Ese periodo parece haber llegado a su fin y vuelve a plantearse la vieja lucha de clases por la apropiación de la riqueza generada, ya no parece haber posibilidades de sostener la alianza de clases sin predominancia de una sobre la otra.
El colapso no parece ser económico sino político, y en tal sentido la encrucijada tiene dos salidas conocidas. La concreción de la trillada construcción política de la clase trabajadora detrás de un partido de masas que permita desembocar en un gobierno de los trabajadores como hace casi 200 años viene vociferando el viejo y querido Marx desde su utopía científica, que hasta el día de no ha podido ser materializada en un proyecto con continuidad y en expansión. Dados los datos crudos de la realidad en verdad se ve como dificultosa esta posibilidad.
La segunda alternativa es la vieja historia de continuar con la explotación del hombre por el hombre, en el marco de la sociedad burguesa capitalista, cada vez mas ruinosa y detestable en sus valores y deplorable en su accionar, sometiendo a la explotación infame a los seres humanos y también la entorno de la naturaleza, con una nueva visión de las formas encubiertas de la exacción y el saqueo.
Otra posibilidad
¿ Existe otra posibilidad? Es difícil poder definir un tercer camino entre estas dos vías históricas al menos en forma taxativas, pero si quizás sea posible con otra contextualización, con otra actitud y con otros horizontes prolongar aquel proceso de connivencia de clases si se toman como pasivos los avatares de una conflictividad social cada vez mas alta. Aquí esta el punto donde el Kirchnerismo debe decidir cual es su camino, puede hacer uso de su 54% de los votos para poner en caja a la sociedad y restaurar las condiciones que lo lleven nuevamente a grados intolerables de desigualdad o imaginar un escenario diferente, donde la clase dominante tome conciencia de la posibilidad de que el gobierno se pare frente a ella en el proceso venidero.
Se pueden mencionar algunas medidas que andan rondando y deberían concretarse. La consolidación de un sistema de empresas cooperativas no ya como formas de subsidios sociales del estado sino como actores agresivos en el mercado de trabajo y también en la escena de la producción industrial y agrícola. Deberán se revisadas la estrategia con respecto a la propiedad y utilización de la tierra como elemento productivo y como hábitat de pueblos y comunidades. La profundización de las políticas tendientes a proteger y acompañar a las empresas recuperadas.
Revisión de las políticas destinadas al manejo del medio ambiente, el desarrollo de políticas verdaderamente soberanas en cuanto a las matrices energéticas y de transporte.
En cuanto al devenir político tal vez sería de mucha conveniencia que el gobierno y sus grupos mediáticos afines dejen de pelearse con Mauricio Macri y comiencen a diferenciarse verdaderamente de él. Porque en primera instancia las diferencias entre la problemática del indoamericano y la de la invasión de los countrys en el conurbano con el creciente encarecimiento de la tierra que impide el acceso de los pobres a la vivienda, no parecen significativas, el incumplimiento de Macri de la ley de basura cero no se diferencia de los negociados de los intendentes con las empresas recolectoras que llenan el conurbano de basurales inmundos tampoco tienen mucha diferencia y podríamos seguir encontrando similitudes antes que diferencias.
Aire fresco
Sin embargo en los últimos días existen dos cuestiones que encienden una pequeña luz de esperanza, una es la reforma de la carta orgánica del central que si bien no implementa políticas directas da elementos para hacerlo.
El otro punto es la llegada de Sergio Berni a la secretaria de seguridad, este nombramiento, que en principio es nada mas que eso un nombramiento, por las características y trayectoria del funcionario, alientan a pensar que por primera vez en la historia se toma una medida concreta para avanzar directamente en algo que muchas veces se aduce pero nunca se concretó, la inserción de la mirada social en la problemática de la seguridad. Es todavía muy temprano, pero no deja de ser esperanzador. En todo caso será un síntoma más de esa condición de bipolar de la que se acusa al Kirchnerismo y que según como se la mire no es tan mala.
