
Uno
Uno de los afamados escritos postumos de Frank Kafka titulado: “La muralla China” plantea una mirada profunda, audaz y temeraria de las relaciones que transforman una sociedad en nación. Allí Kafka, mediante las meditaciones de un eclectico e indescifrable personaje, que aparece cual sombra que deambula por tiempo y espacio, como un fantasma, cuestiona las razones históricamente aceptadas por las que se construyó la Muralla China.
El personaje niega que la razón haya sido la defensa, ante posibles ataques de los vecinos del norte. El texto plantea, en el limite entre la ficcion y el documento, que la razón es otra.
Sin decirlo nunca, Kafka sugiere la idea, de que la construcción de la muralla se motivo en razones superiores a las necesidades de la defensa del territorio.
El impacto social y económico de la obra, su peso histórico, impulsan un profundo sentido de identidad.
Kafka nos dice, que la muralla es en realidad la misma China. La convocatoria a un pueblo a realizar una proeza. El relato del oscuro personaje, establece el clima de júbilo popular de ese momento. El orgullo de un pueblo que se constituye en Nación, se materializa en una frontera física de características fantásticas. Los miles de kilometros de piedra, que forman la muralla, son la expresión material de la identidad de un pais.
El trajín de la obra es un esfuerzo donde el pueblo chino alcanza su plenitud. Es la idea muchas veces intangible de la causa común, la resistencia épica en un hecho que corporiza a un pueblo.
German Abdala solía decir que lo que nos faltaba a los argentinos era una estrategia de poder, que la ultima que habiamos tenido era el “ luche y vuelve” Esto es cierto. La muralla China fue una estrategia de poder, no se trata de su valor como arma de defensa, es otra cosa, es el incentivo al espiritu monolitico de una nacion.
Es interesante el relato de Kafka, deja abierto el debate del protagonismo popular en la historia de las naciones. A poco de andar, uno termina entendiendo, que en realidad la historia de la muralla china también puede ser solo un pretexto, que el escritor usa para graficar un pensamiento, que está mas allá de cuestiones puntuales.
En Argentina vivimos hace un tiempo una experiancia en esa línea, aunque de dificil comparancia con la muralla china, fue el festejo por el bicentenario. Allí se vió, como hace mucho no pasaba, una causa común, compartida por todo el pueblo. Una fiesta popular, que ayudó a vislumbrar un sentimiento latinoamericano, hasta ahi bastante restringido. La construcción de una identidad que abandona la idea del centralismo y la superioridad europea, que nos permite mirar en los ojos de nuestros vecinos y encontrarnos como pueblo y como Nación.
¿Y en Escobar? ¿Es posible una causa común, que convoque a la unidad antes que a la confrontación? Hasta el dia de hoy carecemos de ella. Esa es la gran deuda de la clase politica de nuestro distrito. Ese es el reclamo cuando decimos que no se trata solo de administrar recursos, se trata de animarse a imaginar el Escobar que nos incluya a todos y no solo en cuestiones de obras y servicios, sino fundamentalmente en un proyecto de identidad plural, heterogeneo, pero común a todos los vecinos. Una causa distrital a modo de gran causa común.
En su momento hubo un intento, pero el contexto y el actor principal fueron inapropiados. Luis Patti gobernador fue un acto fallido, porque el protagonista era un orillero de la politica, que siempre la acometió con gestos ajenos a ella. Resultó ademas un habitante extremo, de los territorios mas oscuros, en el periodo mas negro de la historia argentina, por lo que antes que a la unidad, llamó a la facciosidad. Irreconciliable con las mayorias, vapuleado y derrotado su proyecto de gobernador, nos transformó en el campo de batalla de una pelea feroz, de una envaergadura que superaba sideralmente los limites del distrito, el enfrentamiento Menem – Duhalde.
Hundidos en el marasmo del aislamiento politico, el desánimo y la derrota, el actual Intendente dió un paso no menor, decidió romper con su antiguo jefe y mentor y sumarse al escenario de la politica nacional. Fue una bisagra imprescindible, pero insuficiente.
Su cambio de pertenencia no lo llevó mas allá del rol de administrador de recursos. Incapaz e indeseoso de avanzar contra las componendas de la corporación política. El escandalo del Concejo Deliberante, con expediente archivado, es un ejemplo, que daña, no solo la imagen de las instituciones, sino tambien la remota posibilidad de la gesta épica común, que nos hermane en la búsqueda de nuestra definitiva consolidacion como sociedad. ¿Donde estará nuestra muralla china?