Tiempo y espacio
Aquejan al humano disquisiciones profundas que lo interrogan sobre su condición y sobre la vida misma.
Hay momentos en que somos capaces de sentarnos a la orilla del camino, contener la ansiedad, respirar hondo y mirar profundo para dentro y lejos para fuera.
La ocasión ideal de buscar respuestas a preguntas que la agitacion diaria nos impide explorar.
Una tregua, lejos de las luces y los ruidos que distorsionan los sentidos, nos ayuda a asumir nuestra pequeñez.
Lejanias que se miden en años luz, tiempo y espacio en un solo término, que proponen velocidades y distancias que el ingenio humano apenas puede concebir en su imaginación.
Esa emorme vastedad que nos agobia, es la realidad que nos negamos, cuando nos creemos en el centro mismo del universo.
El hombre sentado sobre su soberbia mira al cielo, ve una estrella a millones de sus vidas de distancia y la juzga pequeña, pero …
¿ Como imagina él que lo ve la estrella ? ¿ Lo ve grande? ¿Lo ve pequeño? ¿Lo vé?.
La Fe del Campesino
Nunca fui a la Iglesia, ni peregriné a la Meca, ni leí la Biblia. Por eso el Cura me ha dicho ateo, el Ayatolá hereje y el Pastor Satán.
Pero solo soy un campesino.
Una vez y otra y otra, he tirado las semillas en el surco, las tapé con tierra, sacándolas de mi vista, y esperé con alegria
Mientras el Cura, el Ayatolá y el Pastor, me han juzgado, me han sentenciado y me han prometido el infierno, por ser un hombre sin Fé.
Sin embargo esperar con alegria es mi Fé. El brote que rompe la tierra, la planta que florece, los frutos que recojo, son mi premio.
Tal vez yo sea muy pobre, por eso mi Fé solo alcanza para esperar con alegria.
Tal vez el Cura, el Ayatolá, el Pastor, sean muy ricos y su Fe les alcanza para juzgarme, condenarme y mandarme al infierno.
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La Vida es un Juego
La vida es un juego aunque nos la impongan como tragedia.
Como en todo juego en la vida podemos ganar, empatar o perder. Ninguna de las tres posibilidades es una tragedia.
Es cierto, hay que decirlo, una maquinaria perversa, mezcla de prejuicios, injusticias y degradación moral y ética, pretenden imponer la idea de que en este juego solo sirve ganar.
“No hay lugar para perdedores” enuncian los profetas de la tragedia.
Pero no es asi, la vida es un juego, donde las reglas las ponen otros.
Quizas el sentido verdadero del juego sea ese, el empeño en cambiar las reglas para hacerlo mas justo, para que ganar y perder sea resultado del juego mismo y no de las condiciones precedentes al mismo.
La vida es un juego donde podemos ganar empatar o perder, lo que no se debe hacer nunca es abandonar, pero hay quienes dejan de jugar.
Los suicidas, los que se hunden en sus debilidades y adicciones, ellos suelen dejar el juego a ellos hay que salvar, como en la escondida. Para que la vida sea siempre un juego y nunca una tragedia.
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